En nuestra querida Barcelona tenemos unos niveles de contaminación acústica terribles. No en vano, somos una de las ciudades más ruidosas de Europa. Hay muchos factores, destacando la saturación turística en muchas zonas y el tráfico.
Pero lo más irritante es que uno de los mayores generadores de ruido viene del propio Ayuntamiento y en horarios nocturnos en los que la gran mayoría de la gente descansa. A altas horas de la madrugada pasan ‘los monstruos hidráulicos’ que recogen la basura con ruidos que recuerdan a una extracción minera.