Primero intentaron dialogar con el ayuntamiento. Más tarde empezaron las manifestaciones. Y ahora se han pasado al boicot. Los vecinos del barrio barcelonés de Sant Andreu contrarios a la recogida puerta a puerta han adoptado su propio sistema de reciclaje: el turismo de basuras.
La idea parte de unos 500 ciudadanos que rechazan el modelo desplegado en mayo por el consistorio. Así resume este colectivo su propuesta: “Depositar los residuos en los barrios contiguos o en zonas donde aún hay contenedores. Los contenedores son públicos y se han pagado con los impuestos de todos. Por eso da igual en qué barrio estén, los podéis hacer servir libremente”.